Minuta Agropecuaria.-
La citricultura en Venezuela viene desapareciendo de forma acelerada. El impacto del Dragón Amarillo, que aunque fue declarado como emergencia sanitaria por el Instituto de Salud Agrícola y Animal (Insai), viene devastando y acabando con las plantaciones por la falta de acciones para combatir el agente vector de la enfermedad.
Los citricultores estiman la muerte del 80% de los cítricos cultivados en el país por el impacto del Dragón Amarillo. Rafael Cabrera, director de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), expresó que no hay forma de sembrar cítricos porque tampoco hay plantas certificadas para el reemplazo.
«Resistimos a la situación, luchamos porque se publicará el marco legal, se hizo público y no se tomaron las acciones por lo que la Diaphorina se ha ido y sigue multiplicando, (…) la citricultura ha ido desapareciendo en estados como Yaracuy, Carabobo y Monagas con sitios puntuales donde se mantiene algo de producción y va quedando alguna superficie en las zonas altas como Trujillo, Táchira donde las temperaturas son más bajas», explicó.
Cabrera alega que para erradicar la situación deben aplicarse medidas correctivas, iniciando con un proyecto a nivel nacional para la certificación de plantas, «el sector vegetal del país debe ir a un proceso de certificación de plantas y semillas para evitar las plantas contaminadas y que las enfermedades se sigan propagando en el campo».
El director de Fedeagro, estima que la industria ha logrado procesar a penas el 12% de lo que en años anteriores alcanzaba con 150 millones de kilos, hoy solo 12 millones, «no hay materia prima para trabajar, las pocas naranjas que se arriman a la industria provienen de fincas contaminadas con la bacteria candidatus liberobacter y el jugo presenta amargor y acidez», dijo.
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