La cochinilla rosada del hibisco (CRH) es originaria de Asia o del sur de Australia, sin embargo, con el paso del tiempo se ha ampliado su distribución y se ha establecido en regiones tropicales y neotropicales a nivel mundial (Aquino et al., 2012). En la década de los 90 se registró su llegada a Centro América y el Caribe, y en regiones neotropicales como Colombia, Venezuela y Brasil, estableciéndose en estas zonas debido a que cuentan con condiciones climáticas ideales para el crecimiento de esta especie.
La CRH es un insecto polífago, es decir se alimenta de varias especies vegetales (hospederos), se considera que puede tener hasta 300 especies vegetales como hospederas, con más de 85 familias botánicas; en México se han reportado familias botánicas como Asteraceae, Moraceae y Solanaceae afectadas con presencia de la cochinilla rosada. Se considera una plaga de importancia económica no solo por los daños que ocasiona a la planta, sino también por ser de carácter cuarentenario en algunos países de Europa, limitando las exportaciones de productos agrícolas tales como: mango, aguacate, limón, cacao, guanábana, cítricos, flores, hortalizas entre otros
Las pérdidas económicas globales a causa de la CRH en la región Caribe durante el periodo de 1995–2008 fueron aproximadamente de US$18.3 millones de USD, y se calcula que si esta plaga se llegara a dispersar a la parte sur de los EEUU, las pérdidas estimadas podrían ser superiores a los US$ 750 millones anuales.
Este insecto en etapa de ninfa y hembra adulta presenta un aparato bucal de tipo picador-chupador, además de causar daños por la succión de la savia induce una deformación de los tejidos vegetales, debido a que posee en su saliva sustancias toxicas para la planta; y cuando se presentan daños severos se puede observar entorchamiento de los tejidos, principalmente tejidos jóvenes localizados en las yemas apicales. Estos síntomas generan una serie de efectos fisiológicos negativos, tales como retraso en el crecimiento de la planta, entre nudos cortos formando rosetas y malformaciones foliares.
Cuando se encuentra el insecto sobre los frutos también generan daños, si la infestación es alta puede causar la deformación de estos, y adicionalmente una apariencia poco cosmética para la comercialización de estos. Por otro lado, insectos como las cochinillas harinosas producen una especie de melaza que atrae a las hormigas, y además esta melaza puede generar la presencia de hongos como fumagina, y en algunos casos los procesos de fotosíntesis pueden ser afectados a causa de estos hongos.