La Fiebre Aftosa continúa siendo en Suramérica una preocupación. Su alto poder infeccioso, así como el impacto socioeconómico que representa, mantienen a los países de esta región del continente en permanente alerta y no permiten dar tregua a los esfuerzos para lograr su erradicación.
Una de las estrategias que se está aplicando en la Región Andina es el Control Progresivo de la Fiebre Aftosa, modelo desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, el cual hace énfasis en seis aspectos que buscan el fortalecimiento de la capacidad técnica de los servicios veterinarios: evaluación del riesgo, vigilancia epidemiológica, mitigación del riesgo, capacidad de diagnóstico, capacidad de inmunización y planes de contingencia.
El riesgo que implica la presencia de esta enfermedad ha obligado a que se adopten medidas de prevención y control, entre ellas la vacunación, que permite a los países libres o con zonas libres, reducir el riesgo de reinfección de sus hatos y a aquellos endémicos avanzar en el proceso mediante el aumento de la inmunidad que la vacuna proporciona al ganado.
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, realizan la vacunación de su ganado en dos ciclos durante el año generalmente de manera paralela, el primero iniciando en el mes de mayo y finalizando en junio y el segundo entre noviembre y diciembre.
La vacunación se requiere para llegar a nuevas fases que permitan un mejor estatus sanitario en el que otras herramientas como la vigilancia epidemiológica y las cuarentenas, se conviertan en primordiales y permitan reducir los costos que ocasiona la inmunización.
Es por esta razón que el Proyecto de Control Progresivo de la Fiebre Aftosa destaca la importancia de la vacunación y además contempla para el futuro su levantamiento, una vez la frecuencia de los focos desaparece o se reduce considerablemente, situación que unida la intensificación de otras medidas sanitarias conduce a obtener un mayor estatus sanitario.
En la medida que se progresa, la vigilancia se hace más importante, por lo que la detección temprana, tanto de la enfermedad como de la infección, es prioritaria. Un país está mejor preparado frente a la enfermedad cuando dispone de un sistema robusto de evaluación del riesgo, para el cual la vigilancia epidemiológica es fundamental.
Todos los productores, tanto los grandes, como los que se dedican a la agricultura familiar son piezas principales en este importante proceso, su compromiso permite los avances que la región pueda mostrar en el futuro. Los Servicios Veterinarios Oficiales y el sector productivo han conformado un bloque contra la Fiebre Aftosa, en el que la participación de la autoridad sanitaria y de los ganaderos es fundamental para lograr que la vacunación se realice con altas coberturas que garanticen la inmunidad de por lo menos el 90% de la población ganadera.
Dos veces por año los países de la Región Andina emprenden esta cruzada buscando la inmunización de sus ganaderías, que en algunos casos incluye un recorrido palmo a palmo de toda la geografía nacional, así como enfrentar un sinnúmero de condiciones que tienen efecto directo sobre los resultados de las campañas o jornadas de vacunación.
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Bolivia desarrolla su estrategia de vacunación en las regiones de Valles, Chaco y Amazonía en dos ciclos anuales. El primer ciclo de 2011 se realizó del 3 de mayo al 18 de junio en la región Amazónica. En la zona Chaco inicia el 1 de julio y concluye el 31 de julio, mientras que en la zona Los Valles se desarrolla del 1 de julio al 31 de agosto.
El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria, SENASAG, ha establecido dos modalidades de vacunación: la Asistida que es ejecutada por Brigadas de vacunación contratadas y acreditadas por las Comisiones Provinciales de Erradicación de Fiebre Aftosa y la Vacunación Fiscalizada, la cual está autorizada a ganaderos con buen historial de vacunación que cuentan con infraestructura y personal capacitado e idóneo. Bajo este esquema la vacuna es aplicada por veterinarios colegiados o personas acreditadas y fiscalizado por veterinarios o técnicos agropecuarios acreditados.
La población que se vacuna en cada ciclo se estima en 5.763.601. El costo de la vacuna varía por departamento. En el departamento del Beni el costo puede llegar a los $US 0,71; en Santa Cruz la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ) retiene 0,15 centavos de dólar por dosis de vacuna a los productores y tenedores de ganado, y el costo de aplicación está entre $US 0,57 y $US0,71.
En el departamento de Tarija la vacuna es financiada y donada por la Gobernación sólo se cobra el costo operativo de la vacunación que oscila entre 1 a 2 Bolivianos. Algunas Alcaldías municipales donan vacunas para los campesinos y la aplicación es realizada por el SENASAG.
El presupuesto estimado a nivel nacional para la ejecución del primer ciclo de vacunación es de US$ 248.000 y cuenta con un equipo integrado por 1188 personas entre médicos veterinarios y técnicos del SENASAG, de las gobernaciones y alcaldías municipales, con los que el Servicio ha firmado convenios que apoyan las acciones de prevención, control y erradicación de la Fiebre Aftosa.
Colombia es un país reconocido como libre de Fiebre Aftosa con vacunación, este estatus y la condición endémica de algunos de sus vecinos implican una vacunación continua en todo el territorio nacional con excepción de las zonas libres sin vacunación del Nor-occidente del departamento del Chocó y el Archipiélago de San Andrés y Providencia.
Realiza dos ciclos anualmente cada uno con una duración de 45 días. Estos se llevan a cabo en los meses de mayo-junio y noviembre-diciembre. Para el Primer Ciclo de Vacunación de 2011 se estima la inmunización de 486.824 predios y un total de 22.869.752 bovinos.
El Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, es el encargo de supervisar la calidad de la vacuna y el desarrollo del ciclo. La Federación Nacional de Ganaderos, FEDEGAN-FNG es la encargada de ejecutar el ciclo, coordina las acciones de las Organizaciones Gremiales Ganaderas, cooperativas y otros ejecutores de la campaña de vacunación.
Las Organizaciones Ganaderas conforman los proyectos locales algunas de las cuales cuentan con subsedes. Éstas son coordinadas a través de 14 Unidades Regionales de Desarrollo Ganadero – URDG, que tienen asignados territorios y número de animales a atender, de acuerdo con la regionalización del programa.
Para tal efecto se dispone de más de 2.800 vacunadores, 230 programadores y 89 digitadores que son contratados cada seis meses, durante 45 días para las actividades relacionadas con los ciclos de vacunación, quienes reciben son capacitados por el ICA y por FEDEGAN antes de cada ciclo.
Para el primer Ciclo de 2011 la vacuna tuvo un costo de US$0,53 centavos y FEDEGAN como ejecutor, subsidia la aplicación.
Ecuador es considerado un país endémico, por esta razón la estrategia de vacunación es indispensable. Actualmente se realizan dos ciclos de vacunación en todo el territorio nacional excepto las Islas Galápagos y se desarrollan entre los meses de mayo-junio y noviembre –diciembre. Durante el primer ciclo de 2011 Ecuador se propuso vacunar 4.500.000 cabezas, en 180.000 predios.
En Ecuador la vacuna es suministrada por la Agencia Ecuatoriana para el Aseguramiento de la Calidad del Agro, Agrocalidad, entidad que programa el desarrollo de las jornadas y realiza la su supervisión. En los últimos años se ha registrado un alto nivel de cobertura, la que no está alcanzando un adecuado nivel de inmunidad de masa, por variables que se encuentran bajo estudio por el Servicio Veterinario. La logística y el desarrollo de la campaña de vacunación es emprendida cada seis meses por la Comisión Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, CONEFA, la cual cuenta con 200 comités locales y 1.200 brigadistas que vistan uno por uno los predios para aplicar la vacuna.
El valor de la vacuna en 2011 es de US $0,30 por dosis aplicada, el resto del costo de la vacuna lo asume el estado ecuatoriano que además aporta recursos para el desarrollo operativo de la vacunación.
La situación de Perú con relación a la Fiebre Aftosa es muy favorable por lo que en 2012 buscará ser reconocido como libre de Fiebre Aftosa sin vacunación, con excepción de la zona norte limítrofe con Ecuador, la cual es la única en donde se vacuna contra la fiebre aftosa. Ésta involucra el departamento de Tumbes, parte del departamento de Piura y la provincia de San Ignacio del departamento de Cajamarca.
La meta establecida es aplicar 120.000 dosis en cada fase, de una población de 146.239 bovinos distribuidos en 23.043 predios de acuerdo con el Censo Agropecuario realizado en el año 1994.
El costo de la vacuna para el productor varía dependiendo de la zona y el apoyo de las autoridades locales. El costo calculado del servicio de vacunación es de aproximadamente US$1.43, sin embargo el Servicio Nacional de Sanidad Agraria, SENASA, estableció para el presente ciclo un costo de US $ 0.64 dólares.
En la provincia de San Ignacio, Cajamarca, el costo es de US$ 0.36 dólares, valor que fue tasado teniendo en cuenta que esta zona es considerada de extrema pobreza. En la provincia de Ayabaca, en el departamento de Piura, para la primera fase de 2011 se contó con un subsidio del 50% sobre el valor del servicio de vacunación lo que reduce de manera importante el costo para el productor.
Anualmente el SENASA invierte alrededor de US$430,000 dólares en el desarrollo de las jornadas de vacunación, para las que contratan 70 vacunadores, distribuidos 40 en Piura, 20 en Cajamarca y 10 en Tumbes y 7 Médicos Veterinarios para la supervisión de la campaña. De manera permanente el SENASA autorizó a un médico veterinario particular para realizar la vacunación de los animales que ingresan a esta zona, provenientes de áreas sin vacunación.
En Venezuela La Fiebre Aftosa se ha mantenido presente durante los últimos años, razón por la cual la estrategia de vacunación en todo su territorio se mantiene vigente y se desarrolla en dos ciclos de vacunación al año, el primero que inicia el 15 de abril y el segundo el 15 de octubre. El hato ganadero del país se estima en 14.337.775 cabezas distribuidas en 131.611 predios. La meta de vacunación durante cada ciclo es del 90% de la población.
El costo de la vacuna aplicada tiene un costo promedio de 5 dólares y el Gobierno Nacional asume el costo total de vacuna de los pequeños productores que por su condición socioeconómica no puedan adquirirla y de esta manera garantizar la inmunización.
En caso de un brote o foco el costo total de la vacuna es asumida por el Gobierno Nacional y anualmente asigna recursos por valor de 5,8 millones de dólares anuales para el desarrollo de las campañas de vacunación.
El encargado de desarrollar la vacunación es el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral, INSAI, el equipo está conformado por 300 funcionarios de esta entidad que son apoyados por un equipo de servidores del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, Alcaldías, Gobernaciones, Colegios de Médicos Veterinarios, Escuelas Rurales, gremios de productores; todo esto enmarcado en la Gran Misión AgroVenezuela.