Ing Agr Jesús Peña Barrientos
Uno de los aspectos de la agricultura venezolana deseable en función de un desarrollo sustentable; es que debe estar basada en realizar rotaciones de los cultivos a largo plazo. Venezuela como país tropical posee diferentes posibilidades de realizar rotaciones de cultivos, debido a que dispone de un período lluvioso y luego una temporada seca; estas dos estaciones tropicales varían de acuerdo a cada región lo cual nos permite decidir sobre cuales rubros rotar y en cual época debemos hacerlo.
Sin embargo deben ajustarse las políticas del estado venezolano, en cuanto a financiamiento adecuado y adaptado a esas rotaciones, una política de precios de los productos e insumos, una política de garantía de recepción en plantas tanto del estado como privadas. Esto lleva a producir alimentos variados, a costos razonables, mantener la tierra utilizada todo el año, a disminuir los ataques de plagas y enfermedades, a mejorar la gerencia del tiempo, amainar la crisis de falta de alimentos y combatir la inflación.
En el caso de los llanos occidentales de Venezuela, durante el período lluvioso generalmente se siembra maíz, pero también puede establecerse cultivos como soya, algodón y durante el período seco se tiene la posibilidad de sembrar otros cultivos en rotación. Técnicamente se ha demostrado que son varias las rotaciones adecuadas.
El girasol es uno de los cultivos de rotación debido entre otras cosas a las características de los suelos aluviales y que retienen agua, las bondades del cultivo y a las necesidades de aceite y derivados en el país. Por ser una planta de raíces profundas actúa como arado biológico y extrae de capas de suelo profundas los nutrimentos, permitiendo ser utilizados por otros cultivos de la rotación. Además de fallas en la política de comercialización, uno de los factores que acabó con el girasol en los llanos occidentales en la década del 80-90, fue el uso de alta cantidad de insumos y el uso de tecnología foránea donde las condiciones son muy diferentes a la nuestra. Venezuela ha generado tecnologías aplicables: épocas de siembra, densidades de siembra, fertilización de restitución mediante análisis de suelos, sistemas de labranza mínima, cosecha mecanizada, control de plantas dañinas. Se ha demostrado que el girasol es una buena alternativa de siembra
El ajonjolí es otra opción de rotación con maíz. El ajonjolí es estratégico para sustitución de aceites importados, para confitería, para aceites especializados en la alimentación naturista y otros usos alternativos no tradicionales. Pocas partes del mundo tienen y disponen de la experiencia agronómica de este rubro, como la tenemos en Venezuela tanto instituciones de investigación como agricultores conocedores del cultivo. Actualmente existe una gran limitación de siembra de ajonjolí, que atenta contra las rotaciones y contra el suelo y el ambiente; como lo es la excesiva labranza; mediante muchos pases de rastra. Existe la alternativa de siembras en labranza cero o labranza mínima; con el uso de sembradoras especializadas y la aplicación tecnológica de dicha práctica. También se requiere que el estado apoye a la agroindustria, mediante política de procesamiento de aceites de ajonjolí y sus subproductos.
De la caraota se ha hablado mucho y se ha producido poco en términos de rendimientos, costos, precios. Además de la carencia de semillas sembradas en el país, la facilidad de importar a dólares preferenciales, adecuada comercialización, la falta de importar cosechadoras y adaptarlas a nuestras condiciones de corte y trilla, la falta de mantener el agua en el suelo durante los meses de sequía, son algunas de las limitaciones para el desarrollo del cultivo. En los llanos occidentales disponemos de suelos bien drenados, suelos de las vegas de ríos y en las montañas del piedemonte, tecnología sobre labranza mínima; en los cuales es factible producir caraota a bajo costo sin riego y con agua almacenada en el suelo.
El frijol es un cultivo rústico que debido también a la limitación de la aplicación de mecanización de la cosecha, la irregular comercialización, la facilidad de importar otros granos a dólares preferenciales y la falta de políticas de precios y comercialización; han atentado contra ese cultivo. Venezuela también dispone de cultivares, de manejo agronómico adecuado para este rubro estratégico.
La soya se ha comportado muy irregular en los llanos occidentales debido entre otros, a la perdida de agua en el suelo por excesiva labranza, falta de variedades adaptadas al trópico venezolano, las fechas tardías de siembra, los precios, la facilidad de importarla a dólares preferenciales y la comercialización (para variar como los demás cultivos de verano descritos) han atentado para una producción sostenible. Creo que la soya debe plantearse como rotación durante el período seco y también durante período lluvioso, por su aporte de nitrógeno al suelo, por la necesidad de alimentación humana y animal.
El algodón, con una buena fecha de siembra después del maíz o también durante el período lluvioso, es factible producirlo en nuestros llanos. También la mecanización, la necesidad de mano de obra en algunas labores, la incoherencia en el manejo integral de plagas, la comercialización, la política de precios y la importación de textiles han atentado contra este rubro.
Los cultivos en asociación con el maíz como el ñame, el ocumo, plátanos, cambures, frutales, hortalizas no han sido exitosos en el país. Es necesario disponer de una cultura de rotaciones por parte de los agricultores y financiamiento por parte del estado, uso variedades o híbridos de maíz que permitan esta asociación. Brasil, Colombia y Costa Rica disponen de tecnología en este sentido. No todos los híbridos o variedades de maíz sirven para estas rotaciones.
El sorgo es una rotación con alta rentabilidad en el caso de siembras directas y también como alimento de ganado directo o para ser ensilado.
La combinación de maíz para grano, maíz para alimentación animal, pastos de corte, pastizales y ganadería bovina y bufalina es otra opción tanto en el piedemonte como en algunas zonas de planicie aluvial; esto lleva a mejorar los suelos y producir carne. queso y leche que necesita el país.
No existe una política del estado venezolano en relación a rotaciones de rubros a largo plazo y tampoco tradición y cultura por parte de asesores técnicos, investigaciones, financiamiento, precios y garantías al productor para recibir las cosechas. No solamente el maíz es soberanía alimentaria, sino que la presencia de los cultivos de rotación con éste, mejora la productividad, generan alimentos y vida para el sector y para el país.