Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
El Ministro del poder popular para la agricultura productiva y tierras Wilmar Castro Soteldo en declaración del pasado mes de febrero afirmó que «el Gobierno tiene la meta de producir 1 millón 100 hectáreas para el maíz». No obstante, dando una nueva muestra de su improvisación y falta de coherencia en sus anuncios, olvidando que ya nos habían garantizado que «el gobierno dispone del 100 % de los insumos para la siembra», el fin de semana pasado retrocede en sus promesas iniciales y afirma que «hay insumos para 715 mil hectáreas de maíz».
El pasado año prometieron 750 mil hectáreas de este cereal, solo se sembraron 430 mil. Los hechos indican que nunca han sido capaces de garantizar a través de la empresa estatal Agropatria, los insumos exigidos por nuestros agricultores, sin embargo, hoy Castro Soteldo nuevamente pretende dibujarnos una historia de ficción para tratar de cubrir la verdadera tragedia de la agricultura venezolana.
La realidad, diametralmente opuesta a los fantasiosos cuentos de este ministro ha sido perfectamente descrita por parte de los gremios agrícolas y de diversos profesionales del agro. De manera responsable se ha alertado la imposibilidad de cumplir con la superficie de siembra prevista de maíz. Las proyecciones indican que solo se cubrirá aproximadamente un 50 % de lo planificado debido a la suplencia deficiente y a destiempo de semillas y agroinsumos por parte de Agropatria.
En el municipio Turen, estado Portuguesa, región donde se cosecha el 60 % del maíz venezolano, la Asociación de Productores Agrícolas Independientes en los primeros días de junio declaran haber cubierto «el 40 %, de la siembra planificada debido a que Agropatria solo les ha vendido el 30 % de la semilla necesaria». La Asociación de Productores Rurales de Turen para el 15 de este mes reporta haber alcanzado a sembrar el «19% de las 20 mil hectáreas de maíz planificadas».
Según denuncia la Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón, organización que agrupa a productores de este cereal de varios estados, el gobierno sólo ha asignado a las asociaciones de productores privadas 100.000 sacos de semillas «que representan el 20% de lo que realmente necesitamos».
Para el estado Portuguesa la época de siembra prácticamente ha concluido, las lluvias intensas y continuas limitan el ingreso de sus maquinarias a los campos. Les resta ahora atender lo poco sembrado. En el caso de insecticidas el déficit es de un 80 %, por lo que los agricultores con impotencia presencian como los gusanos destruyen sus pálidos maíces que «reclaman a gritos» el fertilizante que tampoco han recibido a pesar de los anuncios y promesas de Castro Soteldo. En un país en el cual su ministro de agricultura solo siembra mentiras, está condenado irremediablemente a cosechar destrucción y ruina en sus campos, y su pueblo, a ser sometido al hambre. Venezuela exige y merece un cambio de rumbo, un nuevo paisaje.