Minuta Agropecuaria | 06 abril de 2022
El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) Armando Chacín, indicó que desde hace seis años, la vacunación animal en Venezuela es competencia directa de los productores privados porque el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI), dejó de realizar campañas zoosanitarias masivas y gratuitas.
Situación que ha afectado al gremio ganadero, ya que asegura – más de siete millones de reses no tiene vacunación con certificación legal lo que impide comercializar carne, leche y derivados a mercados- Venezuela es el único país de Latinoamérica sin certificado del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (Panaftosa), señaló Chacín.
La aftosa es una enfermedad viral que afecta a bovinos con fiebre y úlceras en boca, nariz, ubres y patas, y puede ser transmitida al ser humano. Para evitarla hay que colocarle al ganado dos vacunas al año, en el ciclo de invierno que comprende marzo y abril, y la otra en el ciclo de norte verano en octubre y noviembre.
“Si actualmente no tenemos brotes de enfermedades es porque el rebaño está medianamente resguardado, ya que Colombia y Brasil están libres de aftosa. Aparte ya no se importa ganado vivo, sería inviable debido a que el consumo de carne nacional ha descendido desde 2014”, indicó.
Según reseñó La prensa de Lara, hay productores que adquieren vacunas en Colombia y las ingresan por trochas, pero estas dosis no cuentan con registro sanitario, por lo que no tienen garantías de nada.
“El sector tiene que dejar de recurrir a conseguir vacunación por los caminos verdes. Este año esperamos la visita de Panaftosa al que vamos a increpar para que el gobierno de Colombia deje de vender vacunas a los ganaderos venezolanos, ya que en el país hay tres laboratorios que pueden producirlas. De esta manera, volveremos a tener un control”, manifestó.
Señala que en Venezuela la vacunación no es cara, un frasco de vacunas aftosa cuesta entre 18 a 20 dólares con 50 dosis y alcanza para 20 animales.
“Cada vacuna tiene un valor menor a los 40 centavos de dólar, esto elimina el mito de la vacuna costosa y que el Estado la debe regalar. Lo que hay es una falta de conciencia entre los productores”, recalcó.
Al ganado se le debe aplicar adicionalmente una dosis al año de rabia paralítica bovina, que tiene un valor de un dólar, y de brucelosis.
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Por último, agregó que creen están pagando certificados de vacunación falsos, y «se están prestando productores, veterinarios y representantes del INSAI para que el productor agropecuario finja estar al día con un control que no garantiza la salud animal. El INSAI afirma haber vacunado ocho millones de reses en 2021, pero los laboratorios sólo comercializaron tres millones de dosis de aftosa, ¿de dónde salieron las cinco millones de vacunas que faltan?”, puntualizó Chacín.