Jesus M Peña B
Manejo de suelos y mecanización
Jesuspe2009hotmail.com
Diciembre 2018
El manejo de suelos implica: labranza, mecanización, siembra, reciclaje de nutrimentos, manejo de fertilizantes, manejo de residuos, rotaciones recomendadas, efecto de sistemas de raíces, biomasa incorporada al suelo.
Para el caso del sorgo es sembrado en la combinación maíz-sorgo-maíz-sorgo, es considerado como una secuencia de cultivo. No se considera una rotación porque es una gramínea con características similares al maíz y corremos el riesgo que se presente incidencias de insectos plaga, enfermedades y control de malezas similares en ambos cultivos.
Ahora bien si el sorgo fuese sembrado por ejemplo maíz-sorgo-maíz-frijol- maíz-soya-maíz-ajonjolí-maíz-sorgo…, lo consideramos como sorgo en rotación. Con ello me refiero en general que una rotación de cultivos incluye diferentes cultivos y es a largo plazo.
Para el caso de suelos de Turén, Esteller y Santa Rosalía; representativos de los llanos occidentales se ha evidenciado en ensayos semicomerciales en fincas, que pueden lograrse entre 3528 y 4243 Kg./ha de grano, manejados con sistemas de siembra directa sin remover el suelo, pudiéndose cosechar en algunos casos una soca o en todo caso mantener una cobertura después de cosechado que evita efectos negativos de las primeras lluvias.
Una desventaja que tiene la siembra de sorgo tanto en sistemas de labranza convencional como en siembra directa, es la incorporación de residuos después de la cosecha. Incluso se observa que los agricultores realizan además del exceso de rastra, la quema de residuos de sorgo que deterioran el suelo y el ambiente.
Mediante investigaciones realizadas en Turén, por parte del Departamento de suelos del INIA y del subproyecto de mecanización de la UNELLEZ, demostramos que el sorgo aporta biomasa alrededor de 20 gramos por planta que recicla nutrimentos, 4 gramos por planta de peso seco de raíces el cual mejora la actividad biológica del suelo. En sistemas de siembra directa se observó mediante análisis de perfiles de suelo; que el sorgo mejoró las propiedades fisicoquímicas, mejoró la infiltración y almacenó mayor cantidad de agua en el suelo y por ende fueron logrados mayores rendimientos en grano y efecto positivo en los rendimientos del cultivo de maíz en secuencia con sorgo.
Se recomienda aplicar al momento de la siembra el fertilizante formula completa, de acuerdo al análisis de suelo, las expectativas de rendimiento esperado y las necesidades del cultivo. Así mismo es necesaria la aplicación de nitrógeno como reabono para suplir las necesidades, en la fase de crecimiento que lo requiere. Se debe garantizar que ambas aplicaciones se realicen con suficiente humedad en el suelo, para su movilización tanto en el suelo como en la planta. Tomando como referencia los estudios de calibración realizados por el Fonaiap ( hoy Inia) se recomienda fertilizar por ejemplo con 80-40-30 (N-P2O5-K2O) para el caso de suelos portugueseños con poca capa vegetal, compactados y cuando los niveles de P y K en el suelo sean medios. Estas recomendaciones deben ser validadas para las condiciones de suelo, cantidad de fertilizantes en el suelo aplicados en los otros cultivos, expectativas de rendimiento, tipo de híbridos; entre otros. Creo que uno de los aspectos que puede mejorar la aplicación de fertilizantes químicos es hacer la recomendación de acuerdo al sitio específico, historial de rendimientos, rotaciones, manejo de labranzas y sobre todo por técnicos conocedores del manejo de suelos y fertilizantes.
Otro aspecto de importancia es la calibración de sembradoras y fertilizadoras, para lograr aplicar la cantidad de semilla y fertilizante recomendado de acuerdo al cultivar.
Se ha observado que debido a una mala calibración de sembradoras, se esta sembrando hasta 14-16 kg/ha de semilla de sorgo independientemente del cultivar; debido a la baja germinación que produce la mala calibración de las unidades de siembra, especialmente abre surcos y tapa surcos. Algunas tecnologías sobre sembradoras están incorporando discos turbo que permiten abrir el surco y despojar los restos de cosecha dejados por el maíz, para garantizar un mayor contacto suelo-semilla. Igualmente está ocurriendo con fallas en la dosificación del fertilizante, especialmente debemos hacer énfasis en las adecuadas profundidades de aplicación y la distancia lateral entre el fertilizante y las líneas de siembra.
En el caso de manejo de suelos en cultivo de caraotas, tanto los llanos orientales, centrales, occidentales disponen de algunos suelos de vegas o ubicados en la zona sur de los estado llaneros; los cuales son pesados almacenan agua y tienen las condiciones para rotar el maíz con caraotas. En el caso específico de los llanos occidentales existen suelos con altas ventajas comparativas que podrían solucionar el problema de escasez de este grano. Es el caso del Playón, canoítas, el gateao, santa cruz, moritas, suelos aluviales río boconó, Guanare en Portuguesa. También al sur de Cojedes, en las riveras de ríos de Barinas. Un plan apoyado por el gobierno podría impulsar éste cultivo, suministrando financiamiento, insumos, importación de sembradoras, cosechadoras, rotativas para siembra directa.
Se ha demostrado que la caraota incrementa en el caso del maíz hasta 1000 kilogramos por hectárea, debido a los aportes de nitrógeno al suelo.
Evaluaciones han demostrado que mediante sistemas de siembra directa se puede sembrar tanto caraotas como frijol, con ventajas sobre los sistemas convencionales.
Al igual que el sorgo, debe aplicarse el fertilizante completo al momento de la siembra en cantidades para restituir los elementos extraídos por el maíz; sí como evaluar el perfil del suelo y realizar el análisis químico respectivo. Debe tenerse cuidado con la calibración de los equipos tanto en densidad como en distancia de siembras adaptándolo a las cosechadoras tal como ocurre en Salta Argentina como en la zona tropical brasileña. Incorporar tecnologías con sembradoras de precisión al igual que lo mencionado en el caso del sorgo granero.
Recomiendo cambiar la tecnología de manejo de suelos para el caso del cultivo de ajonjolí. En lugar de dar tantos pases de rastra, se debe sembrar en siembra directa y temprana, evitando deteriorar el suelo. Tanto en ensayos del Inia en el campo experimental Turen, como muchos agricultores han validado dicha tecnología de siembra directa con resultados satisfactorios. Esto cambiaría la rentabilidad de éste cultivo y lo haría más cónsono con el manejo de suelos adecuado. Facilitaría mayor aportes de materia orgánica al suelo, facilitaría la gerencia del tiempo y evitaría el riesgo de la incidencia de lluvias en la pos cosecha del ajonjolí.