Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Diciembre de 2018.
Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el tema de la infraestructura de apoyo a la agricultura.
Infraestructura de apoyo a la agricultura.
En el caso de la agricultura, además de los sistemas de riego que ya ameritaron un capítulo especial, existen por lo menos cuatro aspectos más de infraestructura paraapoyarla, ellos son la vialidad agrícola, la electrificación rural y el servicio de agua potable, los centros poblados, y los centros de recepción y almacenamiento de cosechas.
-Si las carreteras nacionales están descuidadas y muy deterioradas, la vialidadagrícola está en peores condiciones. Muchas de estas vías son de granzón y requieren un mantenimiento permanente, de lo contrario, especialmente cuando hay lluvias y tránsito constante por movilización de maquinarias y equipos, insumos como semillas y fertilizantes, productos de la cosecha hacia los centros de acopio o de recepción, se hacen grandes baches que pueden hacer intransitables estas vías.
Parte de lo que se puede considerar vialidad agrícola corresponde a algunas vías asfaltadas, y lo que pudiera ser una ventaja, en algunos casos se convierte en situaciones peores que con la vialidad de granzón, ya que al dejar que lleguen a un avanzado grado de deterioro su recuperación y mantenimiento se hace más complicado y más costoso.
En algunos casos la vialidad agrícola posee pequeños puentes que deben ser también mantenidos en buenas condiciones, ya que se pueden convertir en verdaderos obstáculos infranqueables, aislando las unidades de producción y consecuentemente afectando seriamente la producción agrícola.
En una oportunidad se creó, dentro del Ministerio de Agricultura y Cría, una Dirección de Vialidad Agrícola, como organismo responsable por la coordinación de todas las acciones para la construcción y mantenimiento permanente de la vialidad agrícola del país. No estoy seguro del éxito que pudo tener esta instancia oficial, pero es necesario que exista un organismo que se encargue de estas actividades.
Posiblemente ese organismo a nivel nacional se pueda encargar del estudio de necesidades de nuevas vías, de construcciones costosas como son puentes, túneles o movimientos de tierra muy voluminosos; pero el permanente mantenimiento de la vialidad agrícola puede ser responsabilidad, al igual que de las carreteras nacionales, de los cuerpos de gobierno regional y local, según la magnitud de los trabajos requeridos. En estas acciones es necesario el concurso obligatorio de las asociaciones de productores y de agricultores independientes que se puedan beneficiar de estas labores de mantenimiento.
Otro aspecto importante es que el tránsito por estas vías rurales debe ser regulado para evitar su deterioro y hasta su destrucción por un mal uso. En casos de daños por imprudencia u otras causas fuera de lo normal, los causantes de tales irregularidades deben hacerse cargo de las reparaciones a que hubiere lugar, en el menor tiempo posible, especialmente cuando el daño pueda causar que determinada vía haya quedado intransitable.
-La electrificación rural es fundamental en las áreas agrícolas, por un lado porque permite accionar motores de diversa utilidad en las fincas y al mismo tiempo favorece el confort para la vida del agricultor dentro de su unidad de producción.
Así mismo, es imprescindible que en el campo las personas puedan disfrutar de un saludable servicio de agua potable, lo cual es fundamental en los centros poblados de cualquier magnitud ya que en la mayoría de los casos, en el aislamiento de una finca, el propio agricultor soluciona su suministro de agua potable por medio de pozos o depósitos que son llenados por camiones cisternas.
Desde el comienzo de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, uno de los aspectos al que los gobiernos democráticos de los años sesenta y quizás hasta los ochenta le dieron gran importancia fue a la electrificación rural y a los acueductos.
Al menos los centros poblados, eran dotados con acueductos rurales. Hoy en día, cuando estos dos servicios básicos son precarios en las grandes ciudades del país, lógicamente están en peores condiciones en el “campo” venezolano.
En el caso de la electrificación rural se debe hacer una evaluación del servicio existente para acondicionarlo adecuadamente y decidir si es necesario hacer nuevos tendidos eléctricos hacia algunos sectores ya en desarrollo y hacia aquellos nuevos programas de desarrollo que puedan ejecutarse. Lo importante es que este servicio público llegue a todos los rincones de nuestras regiones agrícolas por medio de nuevas acometidas a partir de las grandes líneas existentes, o con el apoyo de plantas eléctricas en aquellos casos cuando éstas puedan dar un servicio satisfactorio. En algunos casos de fincas aisladas, el servicio puede ser responsabilidad del mismo agricultor utilizando plantas propias para cubrir sus necesidades de electricidad.
El servicio de agua potable es fundamental y es responsabilidad del gobierno satisfacer su suministro a todos los ciudadanos que ocupen cualquier tipo de desarrollo habitacional. Por lo tanto, esto es necesario en las zonas rurales del país.
Es preciso evaluar el estado actual de los acueductos rurales, mejorarlos y ampliar el servicio a todos los centros poblados ubicados en las zonas de producción agrícola con la instalación de acometidas, desde líneas existentes y que puedan utilizarse, o con la perforación de pozos e instalación de las plantas de tratamiento para asegurar un suministro de agua de calidad a los habitantes.
-Disponer de una vivienda suficientemente cómoda, con servicios básicos eficientes, en una localidad donde se pueda acceder con facilidad a expendios de alimentos y de medicinas, con facilidades de atención médica primaria, escuelas, transporte para dirigirse a otros poblados o ciudades cercanas, entre otras condiciones, es fundamental en el campo para la estabilidad de las familias, y para que puedan llevar una vida agradable tanto parceleros que tengan sus terrenos aledaños a estos centros poblados, como las personas que trabajen en las unidades de producción de la zona o que presten servicios diversos a la población.
Con respecto a los centros poblados y viviendas adecuadas para las familias campesinas, es preciso comenzar por actualizar los centros poblados existentes, que fueron construidos prácticamente con todos sus servicios funcionando adecuadamente pero que en la actualidad están muy deteriorados. Es particularmente grave la falta de atención médica, el abandono o mal funcionamiento de las escuelas, la ausencia de un transporte confiable para llegar o
salir de estos centros poblados, la inexistencia de sistemas que permitan evitar que la basura y las aguas negras generadas por esas comunidades se conviertan en problemas ambientales, y los problemas de inseguridad personal y de mal estado de la vialidad a los que ya hemos hecho referencia.
Los casos de la basura y los efluentes domésticos son dignos de atención, ya que además de los problemas de salud que pudieran causar por su mala disposición, generalmente son lanzados a los cursos de agua cercanos a los poblados, sean éstos caños, ríos o canales, contaminando sus aguas y con la posibilidad de originar obstrucciones que retengan estas aguas y pueda ser causa de otros tipos de problemas por desbordamientos, o porque el agua no llegue adecuadamente a su destino. Por lo tanto, es fundamental atender estos dos casos, colocando cerca de los poblados modestos vertederos o alguna otra solución para la basura, con capacidad suficiente para los estimados de desechos generados, y sistemas de pozos sépticos y lagunas de oxidación que puedan recoger todas las aguas negras
producidas.
Se debe evaluar la necesidad de construir nuevos centros poblados y, en algunos desarrollos de nuevos caseríos y villorrios que van creciendo desordenadamente, iniciar programas de sustitución de ranchos por algún modelo de vivienda rural mejorada en relación al diseño original de este tipo de viviendas, y apoyarlos para que dispongan de los servicios mínimos necesarios para llevar una vida lo más agradable posible.
En conclusión, la vivienda debe ser prioritaria en la vida campesina, porque las condiciones naturales y las obligaciones de las personas como trabajadores, o como padres, o como amas de casa, son bastante más duras que cuando se vive en las ciudades, rodeados de recursos para tener mayores comodidades y una mejor formación y desarrollo intelectual. La vivienda en el campo tiene gran importancia en la estabilidad familiar.
Hace años, existió una eficiente Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental, exitosa en el control de la malaria y, entre otras atribuciones, responsable de los acueductos, viviendas y sistemas de cloacas rurales. Hoy en día hace falta una organización de este tipo, pero que rescate la dedicación de sus anteriores directivos, empleados y obreros en el cumplimiento cabal de sus responsabilidades, especialmente ahora cuando el campo venezolano se encuentra tan desasistido y la malaria ha vuelto a aparecer con una elevada incidencia en todo el territorio nacional.
-Los productos agrícolas, en general, son perecederos en el corto plazo cuando están expuestos a condiciones normales de alta temperatura y elevada humedad ambiental y, en el caso de los granos en general, son más susceptibles al deterioro cuando su contenido interno de humedad es elevado, lo cual es particularmente cierto para los granos de especies oleaginosas. Por lo tanto, debe existir una satisfactoria capacidad para la recepción, tratamiento y almacenamiento de cosechas lo suficientemente cerca de los sitios de producción, bien sea con silos de almacenamiento de granos, o frigoríficos para la recepción y almacenamiento en frío de hortalizas y frutos. En el país existe una red de silos para granos y sitios para el almacenamiento en frío, que seguramente no será suficiente para atender la producción cuando ésta se recupere y vuelva a una normalidad que satisfaga nuestra demanda.
La producción agrícola no termina con la recolección de los frutos de los cultivos, ya que hay una serie de actividades post cosecha que deben ser cubiertas. En el caso de los granos, generalmente se recolectan con un contenido de humedad superior a la humedad de almacenamiento que normalmente es 12%, por lo tanto, rápidamente deben ser llevados a un centro de recepción para ser secados según las normas y luego almacenados para ir distribuyéndolo gradualmente a los centros de consumo. Este secado y almacenamiento son necesarios porque la producción en el campo es estacional pero el consumo es durante todo el año. Algo parecido ocurre con las hortalizas ya que en la mayoría de las ocasiones deben ser almacenadas para su posterior comercialización y, en este caso, el almacenamiento debe ser con temperatura y humedad relativa controladas.
Otra infraestructura que puede convivir en las áreas agrícolas son industrias procesadoras de productos agrícolas, lo cual existe en algunos sitios para procesar frutas y tomate. Esto es muy conveniente ya que estos son productos perecederos en el corto tiempo, y procesarlos cerca del lugar de producción es una garantía para el productor. También hay que pensar en procesadoras y empaquetadoras de granos.
Es preciso evaluar la capacidad actual de recepción, tratamiento y almacenamiento de cosechas, el estado en que se encuentren los depósitos disponibles, recuperarlos a su máxima capacidad, y decidir si se requieren nuevos desarrollos de este tipo de infraestructura. Obligatoriamente, si se desarrollan nuevas áreas para la producción agrícola, éstas deben ser dotadas con toda la infraestructura de apoyo que favorezca buenos resultados de la gestión agrícola.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Diciembre de 2018.
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