Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
Al cierre del mes de octubre, los maiceros venezolanos están a mitad de cosecha de lo poco sembrado, sobreponiéndose a intensas lluvias que le retrasan su labor, e indefensos ante la falta de agroinsumos, combustible, maquinarias y repuestos, robo impune de jojotos, y peor aún, sin conocer el precio que recibirán por su grano.
En Portuguesa, principal estado productor de maíz, para el presente ciclo, se recibieron en abril – mayo con retraso, escasamente 142.000 sacos de semillas, los cuales fueron entregados por el gobierno, en un 70 % a los “nuevos actores” a través de la estatal AGROPATRIA y AGROFANB (Empresa Agropecuaria de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana), y vendido, un 30 % a las asociaciones de productores tradicionales.
Según el Ministro del poder popular para la agricultura productiva y tierras (MPPAT) Wilmar Castro Soteldo, estos “nuevos actores” le permitirían al país alcanzar las 750.000 hectáreas de maíz en el ciclo 2018. Sin embargo, los insuficientes agroinsumos que disponía AGROPATRIA, recibidos por estos grupos, en su gran mayoría fueron desviados al mercado informal.
El trágico resultado, Portuguesa escasamente cosechará un poco más de 100.000 de las 250.000 hectáreas que hubiese podido establecer. Los “nuevos actores” resultaron ser supuestas asociaciones de productores, cuya figura jurídica real es la de compañía anónima, dirigidas por ex miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que lejos de sembrar los campos, se dedicaron a comercializar a precios especulativos en un mercado informal, bajo la modalidad de “combos” la semilla, fertilizantes herbicidas, insecticidas y fungicidas recibidos a precios preferenciales.
Tanto quienes fueron “bendecidos” recibiendo agroinsumos de manera directa de AGROFANB, como aquellos productores forzados a ir al mercado informal, se les ha impuesto el retribuir 1500 kilogramos de maíz al momento de la cosecha cada hectárea establecida. Esta modalidad de granos de maíz por agroinsumos, es una distorsión más que se ha colocado de moda bajo la complicidad del gobierno nacional.
Aquellos productores que pese a este desventajoso escenario lograron sembrar, y están ya en cosecha, para este momento no tienen información oficial sobre el precio de su maíz. Pero según denuncian algunos agricultores, en reunión realizada “entre gallos y medianoche” por representantes del gobierno y los “nuevos actores”, se llegó a un precio acordado de 5.0 BsS por kilogramo. En otras informaciones, se ha filtrado que el gobierno piensa fijar una banda de precios entre 5.0 y 9.0 BsS.
Los voceros de la Confederación de asociaciones de productores agropecuarios de Venezuela (FEDEAGRO), organización que afilia a los agricultores responsables de 8 de cada 10 kilogramos de maíz que es cosechado en suelo
venezolano, han advertido que el sector ha soportado en este ciclo incrementos en sus costos de producción por encima del 1.500 %, y solicitan celeridad en el anuncio, exigiendo como precio base 13.5 BsS por kilogramo del cereal.
¿Qué hay detrás de este oscuro pre acuerdo gobierno – “nuevos actores”, llegado a espaldas de los verdaderos agricultores? ¿Por qué el retraso y la negación a convocar a las legítimas asociaciones de productores a discutir de manera transparente su estructura de costos?
La forma clandestina de actuar, fijando al maíz nacional un “precio de gallina flaca”, parece indicar que aquí subyace un gran negocio de las nuevas asociaciones de maletín las cuales de seguro podrán comercializar el grano recibido a un precio de seguro muy superior a la agroindustria, bajo el silencio cómplice de sus socios dentro del MPPAT.
Cabe preguntarse también, ¿por qué el gobierno pretende fijarle al maíz nacional un irrisorio “precio acordado” equivalente a 23 dólares la tonelada, pagados por supuesto, en el ya devaluado bolívar soberano, mientras compra el maíz en el mercado internacional a 150 dólares la tonelada?
Siempre he adversado la política absurda del control de precios, pero peor aún es negarle el pago justo al agricultor por su esfuerzo. En una economía bajo hiperinflación como la venezolana es perverso el accionar del gobierno, al no haber anunciado aun el pago que finalmente recibirá el productor por su maíz, gran cantidad del cual ya cumple más de un mes de haber sido acopiado a las plantas receptoras.
Hoy el país agrícola entero se pregunta ¿Y el precio del maíz pa’ cuando? Son miles de familias cuyo sustento depende de recuperar lo invertido en su siembra, y obtener una justa retribución por su trabajo. De no ser anunciado a la brevedad el nuevo precio del grano, y de ser cierto el precio de 5.0 a 9.0 BsS, el gobierno estará decretando el quiebre definitivo del sector maicero venezolano.